A pesar de las burlas que la reciente manifestación contra el decreto sobre el plurilingüismo había suscitado en el titular de la Conselleria d’Educació, Vicent Marzà, finalmente se ha visto obligado a modificarlo para evitar acabar siendo desautorizado por el Ministerio de Educación, que dirige Méndez de Vigo con un talante muy diferente al de su predecesor, el denostado José Ignacio Wert.

Las modificaciones a introducir, de las que todavía no conocemos su redacción definitiva ni hay plazo para su presentación, afectan a la base misma del ‘decretazo’, al introducir 2,5 horas más de inglés en el currículum en castellano, la posibilidad de obtener el mismo grado de certificación en inglés con independencia de la lengua vehicular escogida y el mantenimiento de una asignatura troncal en castellano en todo caso, en vez de dejarla a la elección del centro, además de Lengua Castellana y Literatura.

Lo que no está nada claro, mucho nos tememos, es que se vayan a repetir las votaciones en claustros y consejos escolares, dándole a la comunidad educativa la posibilidad de volver a optar por un modelo lingüístico u otro, ahora que las condiciones han variado muy sensiblemente.

A la manera de ejemplo les contaré que en mi colegio, Terretes de Torrent, fui la única que no votó a favor del avanzado en valenciano, porque la cosa no estaba nada clara, aunque evidentemente no había color, votar por el básico en valenciano, es decir por el máximo en castellano, provocaba sin duda una disminución de la capacidad competitiva y de recursos de nuestro centro educativo.

¿No habría sido más fácil llegar a un acuerdo previo con el resto de las fuerzas políticas valencianas en vez de verse obligado a corregir a posteriori por indicación de Madrid? Porque sí, es cierto, repetir las votaciones retrasaría la aplicación del decreto sobre plurilingüismo pero, por otra parte, haber votado sobre algo que no se va a aplicar es profundamente anti democrático.

Que lo hubiesen hecho bien desde el principio, y nos habríamos ahorrado tiempo, polémicas y esfuerzos.