Raul Castillo SaguntoNo le voy a descubrir nada a nadie si afirmo que nuestra ciudad cuenta con uno de los mayores potenciales que se pueda tener como entidad local.
Tenemos suelo para desarrollo empresarial, infraestructuras que permiten que nuestros empresarios puedan competir en un mercado internacional cada vez más globalizado; tenemos estupendas montañas, inmejorables playas, ricas marjales; tenemos monumentos, calles y lugares reconocidos en el mundo entero; y un sector turístico que pide a gritos venir a disfrutar de nuestras virtudes; tenemos talento, talento que se encuentra en sus ciudadanos y muy especialmente en sus jóvenes, que siguen teniendo que irse de su tierra para buscar el futuro que por justicia les corresponde, y para evitarlo es imprescindible que creemos un caldo de cultivo propicio para desarrollar su talento, es el secreto para la creación de empleo y el crecimiento de nuestro municipio.

En Ciudadanos tenemos ilusión y ganas de construir una ciudad moderna, cohesionada socialmente y sostenible ambientalmente, sin embargo, la realidad que viven nuestros vecinos, nuestros empresarios, nuestros agentes sociales y nuestras empresas, es bien distinta.

El gobierno local tiene sus objetivos, nos lo ha dejado bien claro. Y para conseguirlos es capaz de contravenir el sentir mayoritario de sus ciudadanos, sin importarle las consecuencias de los que no piensan como ellos.

Y es que en este último año han conseguido crispar incluso a sus votantes. La constante desazón que vienen sufriendo nuestros empresarios locales se vio agravada en los últimos meses con diversos episodios de total abandono por parte de los concejales responsables. Tanto es así, que hemos tenido que esperar a la tercera semana de diciembre para que la iluminación navideña estuviera instalada en las principales calles y avenidas del municipio, con el perjuicio que ello ha conllevado a los resultados de ventas de los comercios de la localidad. A lo que se suma la actitud de desoír constantemente las peticiones de los comerciantes, la desaparición de los premios de escaparatismo o la publicación de las subvenciones para la promoción del pequeño comercio a una semana de finalizar el ejercicio.

Pero los conflictos con nuestros vecinos no han acabado ahí, ya que paradójicamente, mientras se realizaba el llamado “Plan de reindustrialización” para la comarca, desde nuestro gobierno local se planteaba la subida del IBI para nuestras grandes empresas en 1,9 puntos más, además de excluir directamente a nuestras pymes de su participación en planes de empleo o ayudas a emprendedores.
La última noticia al respecto, es la puesta en marcha de la derogada tasa urbanística y medioambiental, que va a provocar mayores obstáculos, si cabe, a la iniciativa de cualquier empresario a instalarse en nuestro municipio.
La falta de apoyo institucional al mundo empresarial ha sido notoria, hasta el punto de crear un conflicto donde no lo había con la empresa Lafarge. En este asunto han sido patentes las prioridades de nuestros gobernantes, condicionando de forma torticera su conformidad con la continuidad de la explotación de la cantera actual a la renuncia de derechos adquiridos por la factoría. Y todo ello, sin ningún tipo de miramiento para con los trabajadores de esta empresa, sus familias y demás compañías dependientes de la actividad de la cementera.

El mismo calvario, o peor han tenido que pasar los extrabajadores de Bosal, que en vez de recibir la información de forma clara y transparente, se han sentido engañados una y otra vez por el tripartito, a causa de sus informaciones imprecisas e interesadas.

Las asociaciones empresariales han sido ninguneadas constantemente y apartadas de su necesaria participación en los asuntos municipales, los estudiantes estuvieron a punto de ver cómo la UNED cerraba su oferta académica en la ciudad a causa de la falta de empatía de los ediles responsables, los hosteleros ya no saben si cumplir la primera, la segunda o esperar a la aprobación de la tercera ordenanza de mesas y sillas para que sus terrazas cumplan la normativa, los vecinos afectados por la falta de regulación en este asunto piden a gritos que se respete su derecho al descanso y mientras tanto las medidas de cierre y precinto quedan en un limbo de alegalidad que no satisface a nadie.

Federaciones de peñas, peñistas, taurinos y antitaurinos, usuarios del conservatorio de música, clubes deportivos…

Y todo ello lo han conseguido con el gobierno más caro y con mayor número de liberados de la historia de este Ayuntamiento. Un gobierno de alto coste y de bajo rendimiento, que se traduce en una gestión municipal ineficiente que deriva en un Ayuntamiento ineficaz.

En el tiempo que ciudadanos lleva trabajando desde el Ayuntamiento, la línea de trabajo marcada fue la de tratar de mejorar nuestra ciudad desde dentro hacia afuera.

La primera de nuestras exigencias fue la aplicación de la Ley de Transparencia de la Comunidad Valenciana, ya que estábamos fuera de plazo y no se había hecho nada. Incluso me llegaron a decir en varias ocasiones que no teníamos obligación de cumplirla, sin embargo cuando tomaron conciencia de la realidad, se pusieron a correr y como consecuencia hoy en día tenemos un Portal de Transparencia casi vacío de contenido.

Fuimos el primer Grupo Municipal que alertó de las consecuencias terribles que tendría para nuestras playas la ejecución del proyecto de la construcción del espigón en Almenara, planteamos la adaptación de los parques infantiles de nuestra ciudad a los niños y niñas con discapacidades tanto físicas como psíquicas, conseguimos aprobar la creación de un observatorio para la prevención del acoso escolar, exigimos y así se acordó la instalación de desfibriladores en los edificios públicos que garantizara una respuesta inmediata en caso de insuficiencia cardiaca de algún ciudadano, pusimos encima de la mesa la necesidad de construir un campo de futbol 11 en el actual José Borrás (Campo Biensa) para paliar las carencias de nuestros jóvenes futbolistas, y entre otras, exigimos que se publicara en la web del Ayuntamiento las mociones aprobadas en los plenos municipales y su grado de ejecución.

Hemos trabajado duro y seguiremos haciéndolo en 2017, porque es nuestro deber y porque creemos en nuestro proyecto de ciudad moderna, sostenible e innovadora.